Mi historia de votación en segunda vuelta para un análisis retrospectivo:
1990 | Mario Vargas Llosa |
1995 | Estaba en el extranjero pero hubiera sido Javier Pérez de Cuellar |
2000 | No fui |
2001 | Viciado |
2006 | Viciado |
2011 | Por decidirse |
El 2000 no fui porque el fraude era tan aberrante que me daba asco. Las dos siguientes me fue imposible votar por Alan García por su pésimo desempeño entre 1985 y 1990 tanto en temas económicos, de DDHH (el tema de los penales entre ellos), de seguridad y de corrupción (Rómulo León lo sigue desde entonces). En ambos casos sus contrincantes tampoco eran santos de mi devoción por distintas razones por lo cual decidí ejercer mi derecho de viciar el voto que es equivalente a no ir a votar en los países desarrollados donde el voto no es obligatorio.
Hoy, la elección es la peor de todas y, sin embargo, he decidido por razones muy personales que esta vez no voy a viciar mi voto. Razones para no votar por ninguno tengo muchas, y los NAH y NAK me las recuerdan todo el tiempo y la verdad es que me identifico plenamente con muchas de las razones de ambos lados. Pero quiero empezar a pensar en positivo por lo que expongo lo que me gustaría ver de ambos candidatos y lo que espero de mi país independientemente de quien gane.
Ollanta Humala
Que no libere de ninguna manera a su hermano Antauro.
Me encantaría ver que Humala lidere un gobierno de tinte socialdemócrata, que respetará la propiedad privada y los ahorros y realice un esfuerzo redistributivo más eficiente que los gobiernos anteriores (a nivel central y regional). Todo ello, mientras continua con políticas fiscales que han permitido ritmos y constancia de crecimiento nunca antes vistos en el Perú y que debería ser un motor para poder redistribuir una torta más grande. Sería lamentable ver distorsiones severas a través de políticas tributarias y monetarias complicadas que sólo crean oportunidades de arbitraje donde quienes se benefician son los que tienen más recursos y liquidez. Los que pierden son aquellos en el medio, los asalariados que no reciben asistencia, pero tampoco se pueden proteger como las empresas grandes o las personas de alto patrimonio.
Es indispensable que se respete la independencia del Banco Central de Reserva. Lamentablemente nuestro Congreso no aprobó la reforma constitucional que permitía el reemplazo gradual del Directorio exponiéndonos a los vaivenes políticos en un ámbito clave del manejo económico.
Quiero creer que intentará plantear sus reformas (incluyendo cambios constitucionales) a través del consenso en el Congreso y no con gastos populistas que luego lo favorezcan a llamar a referendums populares para cambiar el Congreso por Asambleas Constituyentes. Espero que no utilice el racismo (usado de manera explícita por su familia) para levantar movimientos sociales cuando haya oposición a sus reformas (así como espero que no se utilice el racismo contra su potencial gobierno). Sería extraordinario que su bancada aparentemente radical y sus líderes regionales y locales sean consistentes con su mensaje moderado.
En el plano internacional que no ponga en riesgo los tratados de libre comercio y que no se una a acuerdos absurdos y sensacionalistas como el ALBA. Acercarse a Mercosur o la recién lanzada Alianza del Pacífico donde hay oportunidades económicas relevantes si puede ser interesante.
Debe respetar el profesionalismo en las FFAA y no favorecer a amigos afines a él (de su promoción), que están a punto de presentarse para ascenso a generales. Cualquier intento en este sentido si sería un peligro latente para la democracia y sólo levantaría sospechas en cuanto a replicar modelos en la región ya utilizados por Chávez, Correa, Morales, Fujimori (padre) entro otros.
Keiko Fujimori
Que no libere de ninguna manera a su padre Alberto.
A nivel económico esperaría escuchar que no se limitará a medidas efectistas y populistas como las muchas que hizo su padre especialmente al final de su gobierno para continuar con las reelecciones. Quiero escuchar que se van a realizar reformas económicas sustanciales y no seguir navegando con bandera de idiota para ver por donde nos lleva la marea. Sí se necesitan cambios a nivel económico para incrementar la productividad del país fomentando la inversión en tecnología y en desarrollo. El país no se va a desarrollar comprando buzos y zapatillas a las microempresas. Desearía que las políticas sociales sean menos asistencialistas y simplistas para que empecemos a ver un país de verdaderas oportunidades, como las que ella proclama en su campaña electoral.
En inversión Fujimori no debe olvidarse que no sólo hay que construir los colegios y las carreteras, sino educar a los profesores y a los agricultores para que puedan usarlas de la manera más productiva posible. No sólo es importante el “hardware”, sino el “software”.
No quiero ver que congresistas de otras bancadas se vendan por unos cuantos dólares para su campaña municipal o su camioncito de peces. Espero que realmente Montesinos está desconectado de todos los participantes de su potencial gobierno y no esté moviendo los hilos de la corrupción a través de la prensa con plata del Estado, de grupos de interés o en confabulación con el narcotráfico. Es indispensable que garantice una prensa independiente del Estados sin diarios chichas impresentables y canales de televisión comprados con publicidad estatal y maletines llenos de dinero. Le pediría que su gobierno incluya personas de impecables credenciales democráticas para garantizar que la institucionalidad sea respetada.
Que no haya amnistía para personas procesadas o sentenciadas por cometer delitos de lesa humanidad. Le pediría respeto a las víctimas del terrorismo, de todos aquellos que sufrieron, de ambos bandos y quienes estuvieron impotentemente al medio. No volver a repetir el manejo arbitrario de las FFAA a través del comando por oficiales de inteligencia que atentaban contra la democracia y los grupos de oposición. Es importante demostrar que esta vez las FFAA si estarán separadas del poder político y que no vamos a ver ni cierres de Congreso, ni la utilización de las FFAA para actividades ilícitas.
Perú
La verdad que se me hace difícil creer en cualquiera de los candidatos. Su pasado es realmente negativo y su forma de comunicación absolutamente no creíble. Ollanta es un militar mediocre que engañó a unos cuantos reservistas en Tacna para una aventura de insubordinación que debió ser castigada con años de cárcel, sin hablar de los asesinatos de su hermano en Andahuaylas y su cómplice aprobación desde Corea con sueldo pagado por todos los peruanos. Keiko fue también una cómplice silenciosa de la corrupción y atrocidades de su padre y ahora lo reivindica como el mejor gobierno de la historia del Perú, independientemente que su única credencial profesional es haber sido congresista con más 500 días de faltas acumuladas.
Pero creo en el Perú. Creo en los demócratas, en los buenos empresarios, en los políticos responsables, en los ciudadanos de a pie. Creo que hemos progresado como país como para defender nuestras instituciones. Tenemos que respetar lo que la mayoría decidió o la que la mayoría decidirá. El crecimiento no sólo se mide en PBI y reducción de la pobreza (ambos importantes), sino también en la forma en que asumimos nuestra responsabilidad y en el crecimiento de nuestros valores y principios, uno de los cuales debe ser siempre la tolerancia. Por eso mismo no seamos complacientes si el o la Presidente electo/a intenta abusar del poder como sospechamos que lo puede hacer. Seamos lo suficientemente fuertes y responsables como para oponernos a quienes quieran quitarnos nuestra libertad, nuestros derechos, nuestra propiedad. Mi verdadero voto es por el Perú, aunque esta vez si decidiré por uno de los candidatos, pero en la cola.