lunes, 6 de junio de 2011

Sensaciones del día siguiente


Ayer contra las costumbres adquiridas desde que tengo 12 años cuando viví mi primera elección en 1978 para la Asamblea Constituyente como primer paso de la transferencia del gobierno militar hacia gobiernos elegidos en 1980 no participé de la cobertura electoral.  Generalmente me pegaba a la televisión desde temprano y sólo la soltaba al momento de votar cuando ya tuve edad para ello.  Ayer,  salvo 30 segundos antes de ver la final de tenis, cinco minutos a las 4 pm en el carro luego de almorzar con mi familia y diez minutos para escuchar los resultados oficiales no quise ver ni escuchar mucho y me dediqué a jugar con mis hijas y seguir viendo deporte por la tele.  Algo compartía por FB, pero la mayor parte del tiempo estuve pensando y evaluando lo que sentía.  Después de las 4 pm, cuando los resultados eran ya muy claros empecé a darme cuenta cuáles eran estas sensaciones y hoy en la mañana me quedaron mucho más claras.

La primera que me vino fue de alivio.  Alivio, porque finalmente ya todo estaba decidido y la incertidumbre (electoral por lo menos) había acabado.  Luego de meses de contienda electoral donde la polarización, la intolerancia, los insultos habían predominado ya estaba hastiado.  Por ello, empecé a ver que incluso algunos recalcitrantes defensores de posiciones poco a poco iban aceptando el tema y tomando la actitud racional y ponderada necesaria en estos momentos.

La segunda también fue de alivio.  Alivio porque yo estaba extremadamente fastidiado que una opción fujimorista vuelva a ser gobierno.  Mis amigos cercanos saben que a partir de abril de 1992 yo estuve abiertamente en contra del rompimiento institucional que luego permitió que bajo distintos esquemas la corrupción extrema, la violencia y el poco respeto por los derechos fundamentales de las personas dominen al país hasta el 2001.   Eso pasa cuando se firma un cheque en blanco y uno se tapa los ojos para no ver.   Reconozco que el gobierno tuvo activos y que se avanzó en el plano económico (por lo menos en los primeros años) y que Sendero Luminoso sufrió un duro golpe (independientemente de la forma en que fue capturado Abimael Guzmán).  Pero es claro que los pasivos eran mayores (resaltados esta vez además por su propios integrantes y  llamados voceros como Raffo, Rey, Chávez, Cuculiza, Trelles etc.) y esos pasivos le han hecho perder la elección.  Ni siquiera los activos que quiso demostrar por el lado económico pudieron con esos gigantescos pasivos, por lo tanto en términos contables terminó con el patrimonio negativo, aunque sea ligeramente, lo cual sólo se explica por los pasivos potenciales de su contrincante.

La tercera fue de preocupación.  Preocupación porque como gran parte de los peruanos no tenemos una certeza sobre la forma en que va a gobernar Humala.  La incertidumbre viene tanto por el lado de la capacidad de sus cuadros, como por la poca claridad con la que ha comunicado sus ideas.  Yo tampoco quiero regresar a opciones que considero caducas como una mayor intervención estatal en sectores que están perfectamente servidos por la empresa privada.  Tampoco deseo que volvamos a afanes de reelección repetidas como en Bolivia, Venezuela y Ecuador, que dicho sea de paso las inauguró Alberto Fujimori en los noventas.  Menos aún, la utilización del pueblo para imponer ideas bajo mecanismos violentistas y de control.  La libertad de prensa debe estar estrictamente garantizada, guste o no guste la oposición que se haga.  Deseo que todas estas preocupaciones se vayan disipando en su gran mayoría y que tanto Humala, como quienes lo acompañen se den cuenta que el Perú quiere un cambio, pero sin destruir lo positivo y con respeto a todos los peruanos, sin resentimientos ni ánimos de revancha como los alimenta Chávez en Venzuela.

La cuarta fue de decepción.  Decepción, porque el Perú a pesar de todas las experiencias y sustos vividos: a pesar de Sendero, la hiperinflación, los excesos y crímenes de Fujimori, la superficialidad de Toledo, el ego incontrolable de García no ha sido capaz de construir dos opciones políticas de centro derecha y centro izquierda que permitan asegurar la estabilidad política que necesitamos para crear no sólo crecimiento, sino desarrollo que permitan que cada vez más peruanos tengan las oportunidades de que sólo algunos gozamos ahora.  Las opciones presentadas en estas últimas dos elecciones (municipales y generales) como ejemplo, se basaron sobre personajes (Villarán y Kuczynski), pero no sobre ideas, estructuras de organización y partido que necesitamos urgentemente.

La quinta fue de desafío y esperanza.  No sé si esa es una sensación, pero eso fue lo que sentí.  Eso junto con la responsabilidad de transmitir a mis hijos, a mis colegas, a mis alumnos los principios sobre los cuales debe basarse el desarrollo de un país y conversar y debatir con ellos si no comparten mis ideas pero incentivar que tengan las propias.  Desafío de no volver a quedarme callado y pasivo ante estas situaciones, de no quedarme mirando como las cosas pasan, sino participar de ellas.  De no rajar de la mediocridad de los políticos o de la parcialidad de los periodistas si no intervengo.  De comprometerme no sólo a ser más solidario y justo, sino también de no generalizar, no discriminar, ser tolerante y saber escuchar.  Eso se construye todos los días en nuestras casas y nuestros centros de trabajo, pero creo que hoy exige de todos quienes queremos un país con menos sobresaltos una participación responsable más activa.   Ese desafío por supuesto tiene que venir con la esperanza que ese progreso será posible y la verdad que ahí me sale mi espíritu esencialmente optimista.

sábado, 4 de junio de 2011

El comienzo el fin del mundo (o del Perú)

Estar desconectado un tiempo a veces no es tan malo.  Tuve la suerte de estar en vacaciones largas.  Esto incluyó vuelos largos, manejadas en auto observando lindos paisajes, caminatas por ciudades pequeñas y largas y la mayor parte del tiempo desconectado no solo de temas laborales, sino también de la vorágine electoral.  Una vez aterrizado en Lima y conectado de nuevo a las noticias y las redes sociales me di cuenta que el Perú dejaría de existir el domingo 5 de junio a las 4 pm.  A esa hora los primeros resultados a boca de urna nos indicarán la elección del último presidente del Perú.  El mundo no se había acabado durante mis vacaciones (como predijo algún lunático), pero el Perú si está a punto.

De salir elegido Humala, se destruirán todas las estructuras económicas del Perú.  Gobernará en el plano económico como la peor mezcla entre Velasco, Alan García e importando un poco de Chávez, Morales y Kirchner.  Nuestros ahorros serán robados y toda la inversión internacional huirá al día siguiente.  Los bancos quebrarán a los cien días por la fuga de capitales que se dará.  Dado que Humala regalará toda la plata que cobrará en impuestos excesivos el Estado quebrará y entraremos en la peor recesión e hiperinflación de la historia.  Alejandro Toledo será nombrado Canciller y entre borrachera y borrachera se olvidará de todo lo que hizo y desconocerá todos los TLC que el impulsó.  Alvaro Vargas Llosa en el Ministerio de Cultura se dedicará a promover la ideología del perfecto idiota latinoamericano al que tanto despreció hace unos años.  Lynch y Diez Canseco empiezan por promover el regreso a la Constitución el 79 , pero luego deciden llamar a una Asamblea Constituyente que nos lleva a una Constitución que recoge lo mejor de la venezolana, boliviana y ecuatoriana..  Burneo, Dancourt , Jiménez manejarán el BCR, el cual a partir del tercer año tendrá que realizar gigantescas emisiones inorgánicas para cubrir el gigante déficit fiscal que dejaron las compras de armas por parte de Antauro Humala a las que su hermano se comprometió con los que financiaron su campaña.  Mientras tanto, Isaac Humala será encargado del nuevo Ministerio de Educación e Ideología, donde el pensamiento cobrizo será el eje de la nueva visión peruana.  Al cuarto años estaremos en tal caos que Brasil tendrá a lo que viene aspirando hace un rato, acceso al Pacífico a través de la creación de dos nuevos estado brasileños que se adjudica el 80% del territorio peruano.  Uno será gobernado por Nadine Heredia y el otro por Eliane Karp luego de eliminar a sus inútiles maridos.  El resto será regalado a Chile, Bolivia y Ecuador para no herir susceptibilidades.   Bolivia se quedará con el Lago Titicaca y la población aymara. 

De salir elegida Fujimori habrá mucha confusión.  En una primera etapa, continuará el distanciamiento con su padre.  Sin embargo, y luego que el Congreso y la prensa caviar empiezan a agobiarla, decide utilizar los ahorros acumulados durante sus fructíferos años en las universidades estadounidenses, donde recibían no sólo dinero para sus pensiones, sino una propina que tiene depositado en distintos bancos gringos, salvaguardados por el papá de Mark.  De esa manera y con la anuencia del neofujimorista Villa Stein (billetito manda ahora) logra liberar a su padre Alberto, quien inmediatamente asume su rol como Primer Caballero de la República.  Este a su vez se da cuenta después de seis meses que vive asustado y en pánico y que Palacio tiene muchos fantasmas.  Por ello manda a Kenyi y a las comandos Martha Chávez y Luisa Cuculiza a una operación fantasma a liberar al tío Vladi quien vivirá a partir de ese momento en la clandestinidad apoyando al clan Fujimori en estos críticos momentos para liberar el país.  Mientras tanto, PPK pide que le devuelvan la nacionalidad estadounidense y a pedido de las mineras estadounidenses es nombrado Embajador de Estados Unidos en el Perú.  De esa manera y con la ayuda de todos tecnócratas antes funcionarios profesionales y ahora esclavos del neofujimontesinismoppksismo  (NFMP) disminuyen el canon minero, rebajan los impuestos a los más ricos y para solapear todo deciden ahondar en programas populistas como la compra de buzos y zapatillas escolares.  A su vez, el tio Vladi vuelve a conectarse con la CIA y busca apoyo para un potencial conflicto con Chile en el caso que se pierda el conflicto en el Tribunal de la Haya.  Mientras tanto ninguna empresa peruana coloca avisos en La República y todos los medios caviares, llevándolos a la quiebra donde en Indecopi una empresa creada por Aldo Mariátegui los compra por nada con la anuencia de los bancos ya comprados por el nuevo régimen.  Con toda la prensa a favor Castañeda vuelve a la Alcaldía de Lima e inmediatamente enjuicia a la tía Susy por cambiar el amarillo oficial por el verde y la mete inmediatamente a la cárcel con toda la prensa opositora que todavía pulula por Twitter e Internet, a los cuales por supuesto que se ha logrado anexar al régimen y ahora delatan a los canallas opositores al régimen NFMP.  Los líderes sindicales se quedan callados ante todo luego de unas reuniones con el tío Vladi de las cuales salen con unos sobres llenos que hacen recordar porque no fueron oposición en los noventas y recién salieron a molestar al pobre Alejandro a partir de 2001.   Esto obviamente se vuelve insostenible y los presidentes regionales depuestos por decreto al tercer año por ineficientes y revoltosos.   En ese momento Alán García con la ayuda de sus amigos de la Nueva Alianza del Pacífico (Colombia, México y Chile) y junto con Japón, Estados Unidos y Francia deciden que el Perú se vuelva un protectorado.  

Por sea caso, esto no es chongo.  Gran parte de esto lo he extraído de columnas periodísticas, blogs, Facebook, videos de hace un año, dos años y diez años.  Obviamente hay mucho de licencia literaria, déjenme que me divierta pues.  Lo que me queda claro es que según el 80% del Perú (creo que hay como 20% de opiniones centradas y razonables que he visto y que analizan las tres opciones, viciar sigue siendo una) este 5 de junio a las 4 pm, más de la mitad de los peruanos entraremos en tal depresión que los únicos que ganarán son los sicólogos y siquiatras, caviares y de los otros.