Voy a ser el pesimista del grupo. Lo siento Caco, lo siento Gigio y otros
positivos por excelencia. Firmo hoy, 17
de octubre del 2013, que no vamos a ir al Mundial de Rusia 2018. A los muchachos que hoy cumplen 30 años de
edad y que no han visto a Perú en un mundial les digo que hay muy pocas
posibilidades que Perú lo haga antes que ustedes cumplan 40 años.
Mi análisis está basado sobre los
resultados que acabamos de obtener en estas eliminatorias, los jugadores
disponibles para el 2018 y por sobre todo la estructura del fútbol peruano.
Terminaron las eliminatorias para Brasil.
No sólo hemos sido eliminados faltando dos fechas para terminar las
eliminatorias, sino que además hemos jugado mal consistentemente. Salvo algunos partidos como ante Argentina en
Lima nunca tuvimos un planteamiento de juego consistente ni una propuesta que
merezca ir al mundial. Hay seis equipos
por encima de nosotros, en todo sentido.
Tienen mejores jugadores y como equipo siempre han sido superiores. Por esas casualidades de la vida estuve en mi
cuarto de hotel en Bogotá escuchando los bocinazos de mis amigos colombianos,
que no sólo van a Brasil, sino que van a ser cabezas de serie. Argentina tiene jugadores extraordinarios,
Chile tiene una coherencia establecida desde la época de Bielsa y Ecuador un
planteamiento de juego que le ha rendido resultados importantes. Uruguay, que tiene un rendimiento muy
irregular, pero que impuso su categoría y no debe tener problema de definir su
clasificación frente a Jordania. ¿Es
Perú superior a alguna de estas selecciones?
La respuesta clara es no. Si uno
revisa cuántos jugadores de estas seleccione están jugando en Europa en
comparación con Perú entonces nos deberá quedar claro porque no iremos a Brasil
y por qué será difícil que vayamos a
Rusia. Lo que me lleva al siguiente
punto.
Ya tenía una idea clara con respecto a la
siguiente generación de jugadores peruanos, pero revisando una lista de 28
jugadores de hoy en Depor simplemente confirmo que no tenemos jugadores para
clasificar al 2018. No hay un solo
jugador titular en un equipo de primera europeo. Los que están en Europa juegan en equipos de
segunda o son suplentes en equipos de primera. De los que juegan hoy, el único
con posibilidades reales de llegar a las próximas eliminatorias jugando de
titular en un equipo de clase mundial es Jefferson Farfán. Si Benavente es nuestro jugador de referencia
estamos mal. Es un chico con futuro,
pero por algo nunca fue considerado para jugar en ninguna categoría de la
selección española. Hay jugadores como
Hurtado, Carrillo y Reyna que puedan progresar, pero ninguno parece destinado
a romperla en una de las cinco principales ligas de Europa. Yotún, Advíncula, Ruidiaz Ávila, Trujillo,
Duarte y Trujillo, tremendamente mediocres.
En su misma categoría (90), Manco es el más capaz pero el más mediocre
mentalmente. Pasar del PSV holandés al
UTC con escala en el fútbol mexicano lo dice todo. Del resto de jugadores, no sabemos si van a
jugar en Europa o van a terminar de préstamos en el Union Comercio o el Sport
Huancayo. Es lamentable como los
jugadores de esta generación consiguen un contrato en Europa (gran mérito de
sus representantes) y luego terminan jugando en un equipo del fútbol peruano
por su falta de capacidad o de actitud, persiguiendo modelitos es una
vergüenza.
La mejor edad para un jugador de fútbol
es entre los 25 y los 30 años. ¿Cuántos
de esos tiene Perú de clase mundial?
Fuera de Jefferson no creo que exista nadie, Zambrano se acerca pero
tiene una grave problema de agresividad no controlada, ojalá mejore. Adicionalmente a la calidad de los jugadores
necesitamos jugadores con personalidad que no se chupen frente a los
argentinos, uruguayos y brasileños.
¿Cuántos de los jugadores actuales tienen la actitud de un Duarte,
Velasquez, Chumpitaz, Díaz? Eso por
mencionar algunos nombres de jugadores que no arrugaban, que no le tenían miedo
a los argentinos, ni a los uruguayos. Cuando
hablo de líderes no hablo de jugadores como Vargas que se deja expulsar apenas
nota que la situación es negativa o Zambrano, que siendo un gran jugador no
puede controlar su comportamiento, ni Guerrero que entra en pataletas
inexplicables. Se necesitan líderes con autoridad, disciplinados y que sean
ejemplo para el resto. Primicia, no veo a ninguno en la lista de jugadores
potenciales entre la categoría 90 y 95.
Tampoco entre los “consagrados” de hoy.
Finalmente, llegamos al problema de
fondo. ¿Por qué no hay jugadores de
calidad que estén a la altura de competir contra Colombia, Ecuador y
Chile? No tenemos clubes que inviertan
en divisiones inferiores de manera profesional.
Muchos jugadores emigran de Cantolao o Esther Grande de Bentín
directamente a otros países sin la necesaria experiencia en clubes locales que
los hagan madurar. Nuestro campeonato es
confuso, mediocre, lleno de irregularidades y con postergaciones
lamentables. Nuestros clubes más
populares están quebrados (han sido manejados por grupos mafiosos y ahora están
intervenidos) y hay equipos manejados por gente con mucha plata pero poca ética. No existe liderazgo a nivel de la federación
para cambiar esta situación y un presidente mediocre no puede poner orden en un
sistema de caos. Es decir, si no cambian
las estructuras no vamos a clasificar ni a Rusia ni a Qatar, ni al
siguiente. Eso de creer que si
clasificamos todo cambia es poner a la carroza delante del caballo. En resumen, si no hay un cambio radical a
nivel de liderazgo de base no va a pasar nada.
Ningún grupo empresarial importante está en el fútbol peruano con nivel
de influencia. Los que están, Movistar y
Backus, en distintos roles, no influyen para cambiar y por el contrario apoyan
el status quo para mantener el negocio.
Nadie se quiere comer el pleito y al amigo Burga no le interesa cambiar
nada. Ahora se concentra en encontrar
otro entrenador mediático que le permita la siguiente reelección, la cual tiene
ganada gracias al apoyo económico que le da a las departamentales y los
arreglos que tiene con algunos clubes.
Mientras tanto, la prensa deportiva sigue ganando plata con diarios y
programas de radio vendiendo la ilusión con varios entrenadores potenciales. El elegido llegará, ganará su dinero, hará
publicidad, ganará pocos partidos y perderá la mayoría porque no tendrá la
materia prima para hacer nada. A menos
que sean como Bielsa que se rehusó a entrenar a Perú porque no vio a los
jugadores como para lograr su objetivo.
Claro, una vez llegadas las eliminatorias
iré al estadio (por lo menos a unos partidos), pretenderé que soy la cábala de
la selección, gritaré y me ilusionaré.
Como todo hincha iluso ese es mi rol.
Pero si hoy alguien me dice que tengo que apostar 10,000 dólares a favor
o en contra de Perú para el 2018 mi razón puede más que mi corazón. Sin dudarlo voy en contra de Perú. La realidad duele pero es cruda. Como en muchas áreas en el Perú no estamos
preparados para pasar al primer mundo.
No lo merecemos, todavía.