lunes, 31 de octubre de 2016

"Mucho ruido y poco tino, la polémica del BCR"

El desmanejo fiscal del gobierno de AGP y un manejo político e irresponsable de la política monetaria por parte del BCR fueron las grandes causas de la hiperinflación y el gran retroceso económico que vivimos a finales de los ochentas (no fue un fenómeno internacional como nos quiere hacer creer el ex Presidente García).  Por esa razón una de las reformas más importantes que se realizó en los noventas y una de las menos discutidas, salvo por un sector de la izquierda más radical, es la de la independencia del BCR.  Para ello se le atribuye una independencia del poder político y se le dota con recursos propios que permite tener un equipo de profesionales de primera categoría que son los que recomiendan al Directorio cuáles deben ser los lineamientos de política monetaria y durante las últimas dos décadas y media hemos tenido un manejo responsable y profesional que incluso ha merecido galardones y reconocimiento internacional.  

Si revisamos rápidamente vemos que desde 1990 los directorios han sido conformados en su gran mayoría por economistas profesionales, con la intervención esporádica de empresarios como Alberto Benavides, Carlos Castro o José Chlimper, ex ejecutivos bancarios como Francisco González o profesionales de otras especialidades como Gonzalo García Nuñez, Beatriz Boza o Sandro Fuentes.   la designación de profesionales de otras especialidades es positiva en la medida en que contribuye con otra visión al manejo del tema inflacionario contribuyendo con una visión distinta del tema de las expectativas de los agentes económicos.  Así lo reconoce el mismo Richard Webb en su artículo "Mi Directorio Ideal" publicado el 30 de octubre de 2016 en El Comercio.  ¿Nos debe asustar la presencia de no economistas en el Directorio del BCR?  Para nada, en la medida que sean profesionales serios y reconocidos en su campo.

¿Ha sido legal el nombramiento de los directores por parte del Congreso?  En términos de procedimiento y con las reglas actuales, la elección fue legal y eso es indiscutible.  ¿Hubiera sido mejor exponer clara y transparentemente los méritos de cada uno de los candidatos? Sin duda que sí y además el debate pudo haber sido más amplio para que cada uno de los grupos tengan más tiempo para prepararlo.  Es decir, las formas pudieron ser mejores y deben serlo para que la población esté más informada.  Las reglas no lo dicen, pero también pudo haber consenso para que la mayoría designe a uno o dos directamente, dándole a los otros grupos minoritarios la oportunidad de ponerse de acuerdo y en consenso nombrar a  por lo menos uno de los directores para que pueda nombrarse un grupo más plural. Eso era posible en escenarios con bancadas más equilibradas, pero Fuerza Popular decidió votar por sus dos candidatos y de la terna presentada por los otros grupos escogió al más afín a ellos, pues si bien Rafael Rey fue propuesto p or el APRA sabemos que fue parte de la terna presidencial de Keiko Fujimori en las elecciones del 2011.  

“Los Directores deben ser peruanos, tener reconocida solvencia moral y poseer amplia competencia y experiencia en economía y finanzas. No representan a entidad o interés particular alguno y su voto debe tener en cuenta únicamente el cumplimiento de la finalidad y las funciones del Banco”.  Los requisitos se basan en la moralidad y la competencia de los Directores y en que no haya conflicto de interés para ejercer la función.   Idealmente no debe existir ninguna sospecha sobre la moralidad del Director y debe ser una persona que sepa sobre finanzas y economía, aunque no dice que tenga que ser economista.  Tampoco podría ser Gerente de un banco e idealmente no debería estar activamente en política.  Lo cierto es que son características que al final resultan subjetivas y sujetas a interpretación, pero que los poderes encargados de nombrar a los directores deben interpretar de la manera más estricta posible para cumplir con su mandato y es justamente lo que no parecen haber hecho.

¿Cumplen los directores nombrados por el Ejecutivo y el Legislativo con esas características de manera categórica y que no ofrezca discusión.  Cinco de ellos claramente.  Los cuatro nombrados por el Ejecutivo, Julio Velarde, Miguel Palomino, Javier Escobal y Gustavo Yamada no han tenido vida política activa, son excelentes economistas y personas sobre las cuales no existen acusaciones legales o de otra índole.  Elmer Cuba no tenía actividad política conocida y frecuente hasta que decidió apoyar a Fujimori en su campaña, dándole un aura de profesionalismo y transparencia a Fuerza Popular.  A favor de él se puede decir que nunca intervino de manera agresiva y que su comportamiento durante la campaña estuvo alejado de discusiones de bajo nivel.  Al final se puede desprender que es un economista exitoso con esporádicas apariciones en política, pero sobre el cual no pesa ninguna acusación.   En el caso de José Chlimper la situación es por decir lo menos bastante gris. Es un empresario exitoso que ya ha sido Director del BCR, por lo que podemos decir que tiene las características profesionales para ocupar el puesto y sus cuestionamientos vienen por el lado de la reconocida solvencia moral.   Sin dejar de lado la presunción de inocencia podemos decir que fue o es uno de los personajes claves de FP, ha sido su Secretario General y tuvo una actuación discutida en el caso de Joaquin Ramirez.  Por lo menos presenta dudas en este campo.  La gran pregunta que se plantea es si no existían en el entorno fujimorista un candidato con iguales y mejores capacidades, pero que no haya estado tan activo en política y que no tenga cuestionamientos de la opinión pública.  Además de sus dos candidatos, FP apoyó al candidato presentado por el APRA, Rafael Rey, quien públicamente ha renacido que va a aprender para poder desempeñar bien su cargo, lo cual presenta dudas acerca de su amplia competencia y experiencia en economía y finanzas.  

Independientemente del análisis de los candidatos parece ser que FP manda un mensaje de fuerza al gobierno y a la izquierda demostrando su fuerza y lo que están dispuestos a hacer por ella.  Federico Salazar en su artículo "Imponer, Imponer, Imponer" expone muy bien los riesgos de que los directores del BCR no tengan o hayan tenido afiliación política y analiza justamente la forma en que la primera mayoría del Congreso ha manejado este tema y que se puede extrapolar para las otras decisiones que quiera imponer en este lustro, no solo para nombramientos, sino también para leyes e interpelaciones y censuras.  

¿Existe algún riesgo para el manejo profesional de la política monetaria del BCR? Ninguno, porque para empezar la plana profesional del BCR, comandada por Renzo Rossini, es muy competente y seguirá efectuando su labor, ajena al ruido político. A nivel de directorio,  los cuatro designados por el Ejecutivo y Elmer Cuba aseguran que la dirección profesional permanecerá en el más alto nivel.  Pareciera también que tanto Chlimper como Rey no serán una fuerza opositora y que se sumarán a las decisiones que tomará la mayoría, basados sobre las sugerencias de la gerencia del BCR.  La verdad que tampoco hubiera habido algún riesgo si es que se nombraban personajes más afines a la izquierda como Herrera Descalzi o Campodónico.  El directorio del BCR ha tenido como miembros a Oscar Dancourt, Gonzalo García, Daniel Schydlowski y Kurt Burneo y en ningún momento tuvimos un manejo irresponsable que nos haya podido llevar a perder el control sobre la inflación.  

El riesgo mayor proviene de un estilo político desde el Congreso, que secundada por sus operadores políticos y de medios pueda querer imponer cambios en leyes y deje de lado formas democráticas indispensables aprovechando la mayoría contundente en el Congreso.  Deberán tener cuidado Keiko Fujimori y sus congresistas con esta conducta, que puede aumentar la percepción  que tiene un gran sector de la población con respecto a su estilo autoritario y anti democrático.  Son los hechos y las formas las que van a ir moldeando el escenario para las próximas elecciones regionales y luego presidenciales.   El voto antifujimorista existe y ha impedido ganarle las elecciones a Keiko Fujimori contra candidatos como Humala y PPK.  

En conclusión, no habrán problemas con el BCR, pero los nombramientos del Congreso fueron realizados con criterios más políticos que técnicos, levantando olas innecesarias con una gran demostración de fuerza y poder por parte de FP.  Darle la potestad de nombrar a uno de los directores a grupos políticos más representativos que el APRA hubiera transmitido una mejor imagen para el fujimorismo, sobre todo de cara a los 4.5 años que todavía falta para que acabe el regimen.   Por otro lado, se sienta un mal precedente al usarse criterios políticos y no técnicos para elegir el directorio de una entidad que debe estar alejada de los vaivenes políticos.  Quizás sea hora de cambiar de fórmula de elección despolitizando los nombramientos y haciéndolos escalonadas para no depender del gobierno o congreso de turno.  Un alternativa es usar el método chileno como lo sugiere Jose Luis Bonifaz en su columna "A rey muerto", publicada hoy en El Comercio

P.S.  El Presidente Kaczynski perdió nuevamente la oportunidad de quedarse callado y opinó favorablemente con respecto a uno de los candidatos cuestionados por parte de la opinión pública y otras fuerzas políticas. Primero, porque quedando al margen de esta discusión se eleva por encima del debate público y no se abre otro frente más y segundo porque parece que ni siquiera en su partido se habían puesto de acuerdo en que posición tomar, por lo que nuevamente da la impresión de tener una bancada dividida y con posiciones antagónicas con el Ejecutivo.